Xichú, Guanajuato — Neo Babson Maximus
Después de permanecer más de cinco días sin suministro eléctrico, las comunidades de Beltrán, Rosa de Castilla, Llano Grande y algunas áreas de la cabecera municipal , ubicadas en el municipio serrano de Xichú, Guanajuato, recuperaron la luz la noche del pasado viernes . La interrupción fue originada por la explosión de un transformador en la zona conocida como La Ermita, dejando a decenas de familias en total oscuridad.
La falla, reportada desde hace más de una semana, se convirtió en un apagón prolongado que afectó seriamente la vida cotidiana de los habitantes: sin energía, sin agua potable (por falta de bombeo), sin refrigeración, ni señal celular estable. Durante este periodo, los vecinos reportaron de manera insistente la situación a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tanto a través de llamadas como mediante la aplicación oficial “CFE Contigo”, sin recibir respuesta oportuna.
“Primero tronó el transformador en La Ermita y nos dejaron sin luz. Luego regresó unos días, pero volvió a fallar y ahora llevamos cinco días completamente sin energía”, relató un vecino de Rosa de Castilla.
Aunque el servicio se restableció el 20 de junio por la noche, el problema no es nuevo. Los habitantes señalan que los apagones constantes, prolongados y sin aviso previo han sido una constante en Xichú durante décadas. Especialmente en las comunidades más alejadas, los cortes eléctricos de hasta una o dos semanas forman parte de una realidad normalizada, agravada por la escasa presencia institucional en la región.
A este rezago en infraestructura eléctrica, se suman deficiencias históricas en telecomunicaciones. Hasta hace apenas un año, Xichú no contaba con cobertura estable de telefonía celular, y muchas comunidades aún hoy dependen de zonas de señal irregular para comunicarse. El acceso a internet eficiente sigue siendo limitado, lo que impide el acceso pleno a servicios educativos, administrativos y de emergencia.
“Aquí también hay ciudadanos que votan, trabajan, crían a sus hijos con dignidad. Pero pareciera que no existimos para las agendas estatales o federales. Nos escuchan solo cuando gritamos en redes”, expresó una habitante que participó en la difusión de la denuncia.
La falta de energía no solo genera inconvenientes técnicos; impacta también en la salud, seguridad, economía local y bienestar emocional. La ausencia de luz en las calles aumenta la percepción de inseguridad, impide conservar alimentos en época de calor y dificulta la comunicación durante emergencias.
Hasta el momento, la Comisión Federal de Electricidad no ha emitido ningún posicionamiento oficial respecto a las fallas recientes ni sobre las acciones para evitar su repetición. Sin embargo, la presión ciudadana en redes sociales y medios locales ha hecho visible un problema que lleva años sin resolverse.
Un reflejo del México desconectado
Xichú, como muchos otros municipios rurales del país, representa un caso emblemático del México desconectado, ese que existe más allá de los centros urbanos y que, pese a su riqueza ambiental y cultural, sigue siendo excluido del acceso pleno a derechos básicos como la energía y la conectividad digital.
En temporada de lluvias, cuando el campo reverdece y los ríos crecen, la vida en la sierra se renueva. Pero también se hace más visible la fragilidad de su infraestructura, las carencias acumuladas y la urgencia de políticas públicas que no ignoren la geografía ni a sus habitantes.
Los pobladores no exigen privilegios. Solo piden condiciones dignas para vivir, trabajar y crecer, como cualquier otro ciudadano del país.