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Unas semanas antes de que llegue la primavera, los campos del noreste de Guanajuato se llenan de color, y de un aroma delicioso y refinado, gracias a las flores amarillas de los huizaches. Los huizaches son varias especies de arbustos leñosos, su tronco generalmente es muy ramificado, corto y con ramas extendidas, muchas veces utilizados como postes en el campo.

Sus ‘espinas’ de color blanquecino, son en realidad hojas diminutas que se encuentran en el punto en donde la base del pecíolo de la hoja se une con la rama. Tienen la capacidad de tener floraciones 2 veces por año, en conjuntos de 40 a 50 flores muy pequeñas, de color amarillo o naranja, y suelen ser muy olorosas. Los frutos son vainas de 7 a 13 cm de largo, y de 2 a 2.5 centímetros de ancho, que caen en la época de sequía; cada una tiene de 6 a 14 semillas. Estas semillas están adaptadas para permanecer en estado de latencia en el suelo por varios años. Su nombre, que es de origen náhuatl, literalmente significa “huele a miel”.

Los huizaches son muy importantes, especialmente de ecosistemas áridos y semiáridos, entre otras razones porque sus raíces, al ser extendidas y superficiales, evitan la erosión, y pueden crecer en una gran diversidad de suelos, a los cuales ayudan a mejorar su fertilidad. Además de ser apreciados como leña y forraje, estos arbustos leñosos se usan en curtiduría y en fabricación de tinta, así como en remedios de medicina tradicional. También se extraen aceites de sus flores para la perfumería.