Nacionales – Redacción
Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México de 1970 a 1976, falleció la noche del viernes a la edad de 100 años en su residencia de Cuernavaca, en Morelos.
Echeverría fue actor clave en las matanzas del 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco y del 10 de junio de 1971, conocida como el “Halconazo”, y durante su sexenio se emprendió una persecución y represión en contra de los opositores del sistema, un pasaje histórico conocido como la “Guerra Sucia”.
El año pasado, al cumplirse 53 años de la masacre de estudiantes en Tlatelolco, líderes del Movimiento del 68 exigieron reabrir el proceso judicial contra el expresidente Luis Echeverría, quien el pasado 17 de enero cumplió 100 años y se encontraba delicado de salud.
El expresidente dejó un legado oscuro marcado por la violencia de Estado, la represión y las desapariciones forzadas, según refieren analistas políticos.
Nacido el 17 de enero de 1922 en Ciudad de México, Echeverría es conocido por su rol en la llamada “Guerra Sucia” donde perseguía a movimientos de izquierda y estudiantiles.
Echeverría, quien llegó al poder por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), afrontó juicios por genocidio por su papel en la masacre del 2 de octubre de 1968, cuando era Secretario de Gobernación del Presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) durante la matanza en Tlatelolco de más de 300 estudiantes, según cifras de organizaciones civiles, que protestaban contra el Gobierno.
Ya como mandatario se le responsabiliza del “halconazo” o la matanza del Jueves de Corpus del 10 de junio de 1971, cuando paramilitares organizados por el Gobierno, llamados “los halcones”, agredieron a estudiantes que se manifestaban y dejaron 17 muertos.
LA IMPUNIDAD
Pese al tiempo, se mantienen vivos los reclamos por los episodios de violencia de Echeverría, quien apareció en público por última vez en abril de 2021 para recibir su vacuna contra la COVID-19.
El Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador creó en octubre pasado una Comisión de la Verdad para esclarecer la “Guerra Sucia”. Apenas en junio pasado se abrieron las puertas del Campo Militar 1 con el reclamo de justicia aún vigente de las víctimas.